06:00 A.M.
Suena el despertador.
Da muchísima pereza, lo sé, lo sé … ¡Ya voy!
Toca levantarse.
¿Motivo? Preboda. ¿A las 06:00 A.M.? Si. ¿Porqué? Pues por que este año, como creo que he comentado en facebook, muchas de mis parejas bonitas viven fuera aunque se casen por mi zona habitual de trabajo, y claro … cuadrar agendas ha sido un suplicio, así que “si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña”. Si ellos estaban dispuestos a sacrificarse un poco, yo también. Suficiente que me lo facilitaron todo para hacer la preboda en uno de mis sitios favoritos a 5 minutos de mi casa. ¡No hace falta mas! ¡Esas manías por buscar ultra-localizaciones! Si a veces tenemos suficiente con un precioso amanecer, un sitio tranquilo y neutro y lo fundamental: VOSOTROS.
Eu y Fer se vinieron desde Madrid en Semana Santa para conseguir juntarnos y así, de madrugón, me fui con ellos a una nueva aventura como fotógrafo de bodas en Bilbao, y eso que esta vez la preboda la hicimos en Cantabria. Lo demás fue rodado, teníamos las dos opciones de siempre, o pensar que la preboda es una especie de tortura para hacéroslo pasar mal unos meses antes de la boda, o lo que hicieron ellos … soltarse … divertirse … besarse … e incluso hacer un poco el canelo, que siempre ayuda a dos cosas: la primera, hacer que os veáis como sois, y la segunda, darnos algunos momentos tan bonitos como estos que os resumo a continuación de este paseo junto al Cantabrico en la madrugada.
Ahora solo queda esperar a que ese 19 de Agosto que está a la vuelta de la esquina, las risas, los besos y las ganas de pasárselo bien sean iguales o superiores a este “besayuno” junto al mar de Eu y Fer.