A fecha de esta publicación (5 de Abril de 2018) los que vivimos en el norte nos acordamos de una nevada que nos sorprendió “así sin venir a cuento” hace cosa de un mes que “paralizó” ciudades, trafico etc, pero también nos brindo una mañana única para unos clics maravillosos, y es que así de buenas a primeras (bendito instagram stories) Marta, Diego y yo decidimos acercarnos a … ¡para que decorarlo! Estábamos a 500 metros de mi casa. Los que me conocéis sabéis que aunque Bilbaino de nacimiento, vivo en una preciosa villa marinera llamada Castro-Urdiales, en Cantabria donde se juntan mar y montaña solo separados por unos cientos de metros, y aunque esta aventura va a ser como fotógrafo de bodas en Madrid, y no en el norte, no pudimos perder la oportunidad.
Marta y Diego son compañeros, con todo lo que ello conlleva. Siempre que una fotógrafo/a de bodas te escoge, no puede dejar de invadirte esa sensación de responsabilidad añadida, pero sobre todo de agradecimiento, ya que cuando alguien que se gana la vida en tu misma profesión, una compañera en este caso, te escoge a ti entre todos los profesionales que conoce de todas las puntas del país (e incluso de fuera), es cuanto menos para sentirse profundamente honrado. Como he dicho esta va a ser una aventura como fotógrafo de bodas en Madrid, la fecha: Septiembre de 2018 es la fecha que tenemos marcada en el calendario por dos motivos: Uno, su boda que estoy seguro de que va a ser una pasada, y me siento orgulloso de poder ser yo el que esté allí con ellos ese día , y dos, algo “sin importancia” para la mayoría, pero con mucho sentido entre algo románticon y de orgullo para mi como es alcanzar mi boda numero 100 (el destino ha querido que se alinearan así los astros para ello) de este loco sueño que comenzó en serio en 2016.
No me enrollo mas y os dejo con la preboda “invernal” de Marta (www.masquemomentos.com) y Diego.
