boda en la huerta de cubas
…me he quitado una espinita…
Fotografiar una boda en un invernadero estaba en mi lista de “pendientes desde hacía tiempo”. No me preguntéis el por qué, pero me maravillan las bodas en localizaciones “no convencionales”. Gracias a la confianza que Lupe y Borja depositaron en mí, he podido tacharlo de la lista. ¡Y no en cualquier invernadero! El sitio que escogieron fue la Huerta de Cubas, una preciosa finca en Cantabria. A la que dicho sea de paso, tenía muchas ganas de ir.
En los años que llevo como fotógrafo de bodas he tenido ocasión de hacer bodas civiles como la suya en caseríos y fincas en localizaciones impresionantes, incluso a escasos metros de la misma orilla del Cantábrico. Y aun así, me sigue emocionando poder vivir junto a parejas tan disfrutonas como ellos días así. Nunca dejaré de dar las gracias a quienes me confiáis esos recuerdos. Lo ponéis tan fácil para hacer que sonría constantemente cuando estoy pasando horas y horas delante del ordenador editando miles de fotos.
La coordinación y decoración de esta boda en la Huerta de Cubas corrió a cargo de las chicas de Marketing for Lemons. Hacerle justicia y mantener la esencia del bonito invernadero de la Huerta de Cubas transformándolo en algo totalmente personalizado no es nada sencillo, pero como es habitual en ellas, hicieron magia junto con la ayuda de toda la decoración floral de Flores Elorz.
Lupe y Borja decidieron no “ir con prisas“. Para eso prefirieron elegir un lugar tranquilo y cercano a su boda en la Huerta de Cubas donde prepararse tranquilamente. Así que junto mi compi Alvaro Santos Wedding Films, quien sería el videógrafo en esta ocasión, nos dirigimos a La Casona de Suesa, donde nos esperaba la parejita junto a su familia, y donde todo comenzaría. El maquillaje de Lupe, corrió a cargo de Oiana Antón. Ella iba preciosa con un vestido de Alicia Rueda Atelier, y él escogió un traje de Calvin Klein (y muy fan de tus calcetines Borja!). Incluso en los jardines de la casona se dio uno de los momentos que… aunque siguen siendo poco habituales… pero a mí me emocionan por su sencillez, emotividad y reacciones, el first look.
Tras ello nos dirigimos ya definitivamente a la Huerta de Cubas, donde sería la propia ceremonia civil. Es un lugar… como decirlo… es que sigo sin poder explicarlo. Mi cara de asombro con la mandíbula desencajada y esos “saltitos internos” en el pecho con ganas de que comenzara la ceremonia creo que lo dejaron claro ante los compis que estaban allí ultimándolo todo.
Una vez terminada la ceremonia: ¡Jarana!
La comida corrió a cargo de los compañeros de Brass Wedding Catering. Más momentos emotivos (¡muchos!)… centenares de risas… cachondeitos varios con el neon personalizado de So Cut! y millares de abrazos después, comenzó la fiesta (bueno… fiesta es quedarse corto) de la mano del equipo de Sonort … y no pudimos evitar despedirnos de ellos con unas pocas fotos nocturnas en esa “plataforma sobre el bosque” donde había sido la ceremonia.
No quiero extenderme más. Dejo que hablen las fotos. Mi pequeña contribución a los recuerdos de su día. Solo espero que estén a la altura de la oportunidad que me dieron de estrenarme haciendo una boda en la Huerta de Cubas Lupe y Borja.
A vosotros. Chiquitines. Solo puedo deciros que cada minuto de ese día era un regalo para un fotógrafo de bodas. Cada minuto de ese día fue un regalo para mí. Así que… Gracias por quererme allí con vosotros para contarlo.
Tremendamente honrado. Eternamente agradecido.
boda en la huerta de cubas